martes, 12 de mayo de 2015

Nos gustan los clásicos - Brave New World (2000, Iron Maiden)

En el año 1999, el mundo del heavy recibió una de las noticias mas ilusionantes de la década. Tras una caída en picado en todos los sentidos de unos Iron Maiden que no lograban alcanzar las expectativas demandadas por sus seguidores con sus dos discos "The X factor" y "Virtual XI", contando con una nueva voz de Blaze Bayley condenada a permanecer bajo la sombra de su predecesora y en general, pasando por una de sus peores epocas a nivel de calidad, se hacía oficial la inesperada pero esperanzadora nueva: Bruce Dickinson y Adrian Smith (que llevaba fuera de la banda desde hacia cuatro discos atrás), volvían para reemplazar a un Blaze que no consiguió llegar a los fans (aunque no a un Jannick Gers que al contrario si gustó, con lo que la banda pasaría a tener 3 y no solo dos guitarristas)

La formación que brindo al mundo del heavy los mejores trabajos de la banda volvía a reunirse, y tras una gira de reencuentro, decidieron demostrar que no fue una mala idea volver a trabajar juntos grabando y lanzando un nuevo disco que confirmara un regreso por todo lo alto. Hoy, en "nos gustan los clásicos", "Brave New World"

Un regreso al buen sonido que se confirma desde el primer tema de este nuevo trabajo, "The Wicker Man", con un riff principal potente, en algunos aspectos similar al de "Two minutes to midnight". Sin duda el tema estrella del disco: Riff potente, letras profundas, una batería que sigue en la linea de Nicko McBrain (uno de los pocos aspectos que se ha visto muy poco moificado en la banda desde su entrada a la misma en "Piece of mind") y una clasica voz aguda, imponente, y en algunos aspectos incluso mejorada de un Bruce al que tanto se le había echado en falta. Tras esta, unos claros y limpios arpégios con carácter ligeramente futuristas (Aunque no tanto como los sonidos de Somewhere in Time) nos presentan "Ghost of the navigator", y tras ella, la canción homónima al disco "Brave New World", en la que destaca sobre todo esa fuerza y ese sentimiento que la voz de Bruce logra desprender en una canción que siguiendo la linea que se lleva durante todo el disco, nos induce una sensación de novedad positiva, de percibir un cambio con respecto a la edad dorada (Number, Piece o Powerslave) que no afecta a la calidad musical, sino simplemente a la forma (cambio que tambien se puede apreciar, eso si, en una medida y con una bastante mas positiva recepción, en "Somewhere" y "Seventh son").

La cuarta canción se nos presenta en forma de sentimental y profunda (nuevamente) canción lenta en tempo pero potente y cargada de sentimientos bajo el titulo de "Blood Brothers", posiblemente tras "The Wicker Man", una de las canciones con mejor recepcion por parte de los fans del disco. Seguidamente nos encontramos "The Mercenary", un tema en el que resalta una letra y un mensaje que raya la denuncia, pero siempre camuflada bajo el sonido de una voz que sin duda, como se viene repitiendo y demostrando durante todo el disco, buscaba volver a reafirmarse y anunciar que Bruce ha vuelto.

Los ya mas que clásicos tresillos de bajo de Steve Harris, que aunque no mencionados, siguen marcando en su totalidad la base de todas y cada una de sus composiciones, se reflejan también y con especial intensidad en "Dream of mirrors", canción que ademas, prácticamente carece de intro o parte inicial dado que la voz, letra y batería aparecen desde el primer segundo arrastrándonos rápidamente a la esencia de la misma, y que introduce un cambio de tempo de lento a rápido, comparable (salvando las distancias) al presente en "Fear of the dark", que poco a poco ira en un futuro convirtiéndose en popular rasgo de mas temas.

Tras todo ello, el disco finaliza con cuatro temas, "The fallen angel", "The nomad", "Out of the silent planet" y "The thin line between love & hate", en los que básicamente se recogen los rasgos que Iron Maiden pretenden (y consiguen) rescatar de sus clásicos éxitos: potente y aguda voz, impredecible batería, agudos y melódicos solos repartidos entre los 3 guitarristas y contundentes riffs, aunque bien es verdad que se recogen con un menor nivel de originalidad e impresionismo, por lo que puede parecer que, a pesar de ser buenos temas desde el punto de vista musical, otorguen al disco una sensación de apagamiento, de ir de mas a menos, al ser comparadas con las primeras canciones del mismo.

En general, la principal conclusión que podemos sacar de este trabajo es la de lo que precisamente busco representar para el grupo: un regreso, un cambio a mejor con respecto a los oscuros sonidos y la poca originalidad que muestran en los inmediatamente anteriores trabajos, y un mensaje de tranquilidad hacia los fans que vuelven a ver como los sonidos que creían perdidos y que tantos sentimientos les transmitieron resucitan sin dejar por ello de abrir puertas a nuevos sonidos que puedan combinar para formar híbridos que no dejen de agitar la cabeza ni de estremecer el corazón de los fieles seguidores que tanto en las buenas como en las menos buenas, pasara lo que pasara, no han abandonado el barco.

Carátula del disco:


Canciónes:

1) The Wicker Man
2) Ghost Of The Navigator
3) Brave New World
4) Blood Brothers
5) The Mercenary
6) Dream Of Mirrors
7) The Fallen Angel
8) The Nomad
9) Out Of The Silent Planet
10) The Thin Line Between Love & Hate

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